Los andamios en construcciones antiguas

Algunas partes de la Gran Muralla China fueron construidas gracias al uso de los andamios de bambú y madera, que después de terminar su vida útil eran usados en la mezcla que en otras partes de la muralla se convertía en grandes ladrillos.

Otra magnífica construcción antigua que podemos aún ver gracias al uso de andamiajes es el Coliseo Romano, en cuya construcción fueron usados los andamios de madera, una febril actividad constructiva que deforestó los bosques cercanos a Roma, la “ciudad de las siete colinas”.

Pero algunos andamios antiguos han extendido su “vida útil” hasta nuestros días, como los ya famosos “taap pang” de Hong Kong o los andamios “borriqueta”, de uso muy común en la España rural.

En Hong Kong incluso los rascacielos más altos y modernos son construidos con la ayuda de andamios que desafían la lógica (pero no la física) con alturas de vértigo conseguidas gracias a varas de bambú de hasta 7 metros de longitud entrelazadas por cintas de plástico.

Hasta un 30% más baratas que sus contrapartes de metal, los taap pang son también más flexibles en términos de variedad y adaptabilidad. En una ciudad donde no hay espacios libres, la habilidad para colocar hasta 20 mil metros cuadrados de andamiaje en calles estrechas es una de sus mejores cartas de presentación.

Usado principalmente para construir casas bajas, típicas de las zonas rurales de España, tanto en Galicia como en Cataluña y pasando por Castilla-La Mancha, no hay nada más simple que un andamio borriqueta: un tablón entre dos soportes a unos 60cm de altura.

Su sencillez de armado y transporte les permite trabajar a la altura ideal para levantar los muros y techos que este tipo de construcción necesitan.

Todos son ejemplos de cómo un buen andamiaje es necesario para el desarrollo de las construcciones. Menos mal que en la actualidad contamos con la ventaja de los andamios de acero.

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